martes, 22 de marzo de 2011

NO MERECEN LLAMARSE ZAPATOS.

No hace muchos tiempos (muchos lugares) que se desató la fiebre por la plataforma llegando al zapatos, no escultórico si no arquitectónico, los tacones llegaron a unas alturas cada vez más imposibles e irracionales, no lo critico, me encanta, pero por otro lado no me los pongo, pero disfruto viéndolos.

Por cosas de la vida y del péndulo y tal y tal pues la temporada pasada, más o menos empezamos a ver que los tacones disminuían hasta convertirse en los kitten heels de Vuitton o Valentino. Nunca he sido muy fan del tacón bajo pero como de todo tiene que haber hasta me parecían graciosos y para el día día muy apropiados.

Pero llegó Miuccia y su minimal Baroque y nos trajo las flatforms, que nos son más que zapato plano con plataforma, en este caso de esparto. No es que sean feos, es que son los siguiente y todas las street style de la vida con ellos. Me parece genial ir a la moda y ser una fashion victim y yo soy el primero que se lo pone todo; pero, por favor, un mínimo de de criterio. Odio el feísmo.




Lo que son estos zapatos, que están requetevistos, por otro lado, son zapatos de coja o de niña con problemas (siento el comentario políticamente incorrecto y puede que hiriente) como los llamamos en mi trabajo, seguro que en la suela tienen la cruz verde de la farmacia.
Me recuerdan a las creepers,a los zapatos de Herman Munster, a los zapatos de los góticos.... Todavía no encuentro alguna reminiscencia decente.
En fin, que son feos y que Miuccia se ha cubierto de gloria, aunque haya cola para conseguirlos, también hay cola en el paro y no creo que sea bueno.

1 comentario:

  1. solo puedo reir ante este post: jajajajajaajjajajajaja¡oye yo de pequeña tuve unos zapatos de esos de niña con problemas,los odiaba y luego me los puse para trabajar y tan comoda a la par que horrenda iba,pero se mancharon de cafe leche y otras sustancias frapuchiles¡

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