No hace muchos tiempos (muchos lugares) que se desató la fiebre por la plataforma llegando al zapatos, no escultórico si no arquitectónico, los tacones llegaron a unas alturas cada vez más imposibles e irracionales, no lo critico, me encanta, pero por otro lado no me los pongo, pero disfruto viéndolos.
Por cosas de la vida y del péndulo y tal y tal pues la temporada pasada, más o menos empezamos a ver que los tacones disminuían hasta convertirse en los kitten heels de Vuitton o Valentino. Nunca he sido muy fan del tacón bajo pero como de todo tiene que haber hasta me parecían graciosos y para el día día muy apropiados.
Pero llegó Miuccia y su minimal Baroque y nos trajo las flatforms, que nos son más que zapato plano con plataforma, en este caso de esparto. No es que sean feos, es que son los siguiente y todas las street style de la vida con ellos. Me parece genial ir a la moda y ser una fashion victim y yo soy el primero que se lo pone todo; pero, por favor, un mínimo de de criterio. Odio el feísmo.
Lo que son estos zapatos, que están requetevistos, por otro lado, son zapatos de coja o de niña con problemas (siento el comentario políticamente incorrecto y puede que hiriente) como los llamamos en mi trabajo, seguro que en la suela tienen la cruz verde de la farmacia.
Me recuerdan a las creepers,a los zapatos de Herman Munster, a los zapatos de los góticos.... Todavía no encuentro alguna reminiscencia decente.
En fin, que son feos y que Miuccia se ha cubierto de gloria, aunque haya cola para conseguirlos, también hay cola en el paro y no creo que sea bueno.
solo puedo reir ante este post: jajajajajaajjajajajaja¡oye yo de pequeña tuve unos zapatos de esos de niña con problemas,los odiaba y luego me los puse para trabajar y tan comoda a la par que horrenda iba,pero se mancharon de cafe leche y otras sustancias frapuchiles¡
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