domingo, 17 de julio de 2011

YOU'VE GOT ME FEELING EMOTIONS

Culpable! Me declaro culpable de ser adicto al drama, a la tragedia, a la tragicomedia, al paroxismo y a la emotividad llevada al extremo.


Las artes siempre han sido uno de los mejores vehículos para transmitir esta explosión de emociones que es la vida y el corazón humano. Ya sea por medio de la belleza de una pintura, los sinsabores del protagonistas de una novela o, como en el caso que nos va a ocupar, la melodía de una canción y la lectura que del texto haga una voz rota o de seda pero siempre llena de sentimiento nos puede llevar a una de las principales manifestaciones de la emoción humana: las lagrimas.


Me apetecía mucho plasmar aquí algunas de las canciones más conmovedoras que conozco desde las tristes a las esperanzadoras, de la perdida del amor a su llegada cuando menos de lo espera, abarcando todo un historial de emociones, sensaciones y vicisitudes humanas. Como hacerlo en un solo post sería imposible e infinito, iré repartiéndolas en varias entradas de carácter, probablemente, temático.
Como una generalidad se a esta especie de subgénero de la canción se le ha venido a dar el nombre anglosajón de torch song.
La primera entrada se la voy a dedicar a una de las principales voces del siglo XX y XXI aunque ahora esté un poco cascada: Barbra Streisand. Si por algo destaca la Streisand es por su timbre y color de voz, absolutamente aterciopelado y cálido con una claridad cristalina, perfecta para los números más melancólicos, nostálgicos, tristes y desesperanzados aunque también funciona muy bien en las grandes canciones dramáticas.


Debido a que Barbra parece sentir cierta debilidad por estas canciones, resumir ha sido más que difícil por lo que dividiré el post en dos partes de diez temas cada uno en orden cronológico, abundando más en la primera década de su carrera.
Siempre que pueda pondré las versiones en directo pero igualmente recomiendo oírlas en estudio para hacerse una idea más completa.


Del The Barbra Streisand Album(1963) he querido rescatar I'll tell the man in the street, la inocencia con la que interpreta el tema es conmovedora.


De su segundo álbum The second Barbra Streisand Album (1963) y probablemente uno de mis favoritos me podría quedar con todo él pero he escogido sólo dos My coloring book de los compositores de cabecera de Liza (Kander y Ebb) toda la canción es un fuego de artificio emocional ; y Who will buy del musical Oliver!



People (1964) es una de las canciones más conocidas pero este disco guardaba más joyas que el tema de Broadway. Con las que me quedo son Autumn y la maravillosa y trágica Supper time, cuando no sabe cómo les va a pedir a sus hijos que den las gracias al Señor ante la mesa (porque su marido ha sido linchado en la época de la segregación racial norteamericana y evidentemente no va a ir a cenar) es para aplaudir con las orejas.




La siguiente canción es una declaración de amor, pero a posteriori tras años de matrimonio (if i had to choose egaian, I would still choose you) lo que le da más significado y la interpretación no se reduce a su voz, son sus manos, sus ojos, no es posible expresar más. Su título es Why did i choose you? y pertence al álbum My name is Barbra (1965) del que también me quedo con Where is the wonder, quién no ha sentido nostalgia de la sencillez de la infancia y de lo que suponía cualquier pequeñez.




El anterior álbum tuvo una secuela: My name is Barbra, two... (1965) y me quedo con la historia de desesperanza tras una ruptura No more songs from me.




Saltamos ahora hasta uno de sus álbumes de menor éxito pero uno de los que más he oído yo, Je m'appelle Barbra (1966), una de sus pocas incursiones en el material francés. El tema es Martina, la historia de una huerfanita cuyos ojos se hicieron fríos. Aunque la versión en francés es un descarte del álbum, en tal idioma la cantó en su especial televisivo Color me Barbra (1966) y es la que yo prefiero, estoy hablando de Non c'est rien o Free again, como aparece en el disco.




Hasta aquí la primera parte, prestad especial atención a su manera de decir, las pequeñas inflexiones dela voz, las pausas y en ocasiones el sollozo reprimido.