lunes, 6 de diciembre de 2010

MI MADRE DICE QUE CÓMO HABIENDO GENTE TAN GUAPA, PUEDE HABER GENTE TAN FEA.

En un principio esta entrada iba a tratar sobre mis modelos favoritas, pero lo manido del tema (y qué no lo está) y una conversación unas amigas sobre si la belleza absoluta existía o era algo relativo, hizo derivar el tema hacía la belleza en general y lo que es para mí, en particular.
En cuanto a la belleza, femenina y facial tengo unos cánones bastante concretos: morena, piel de alabastro, ojos claros y un toque de zorrón. A partir de ahí se divide y subdivide en múltiples posibilidades.
Los ejemplos son numerosos pero voy a reducirlos a unos pocos y en dos campos: moda y faranduleo.
Mi primer recuerdo de modelos son los de Claudia y Naomi, pero era muy pequeño y no terminaba de comprender nada.  Fue con mi primer Vogue donde la cosa cambió. Creo que Carmen Kaas fue la primera en llamarme la atención, vestida de Gucci, aunque no tenga nada que ver con mi prototipo, me llamó la atención su mirada y su pelo. Sin embargo la que me remató fue Mini Anden, con esa cara de hija de puta, esas cejas de mala de película y esos ojos azules se ganó el puesto de mi modelo favorita por aquel entonces. Nunca llegó a ser súper  top, además quiso ser actriz, y todos sabemos cómo le va, y se dejó de teñir de morena (¡pecado!).
Con el tiempo fui conociendo nuevas modelos, Giselle, Laetitia, pero ninguna terminaba de calarme, aunque Angela Lindvall me encantaba (esa cara de ni te molestes en hablarme) e incluso algunas me caían mal sin razón alguna: Natalia Vodianova o Maria Carla Boscono. Llegaron las modelos del Este y la cosa era diferenciar unas de otras, y aprenderse los apellidos. Me quedo con Sahsa Pivovarova. Internet me redescubrió las grandes Tops: Cindy, Christy, Helena.... Pero yo me quedo con Linda (obviedad) era la que tenía pinta de más chunga, aunque sepamos que ésa es Naomi (una cosa es tener cara de asco y caprichos de diva y otra pegarte con la gente, por lo que soy muy fan de Naomi, pero ahora sólo voy a hablar de belleza pura y dura ,bajo mi prisma paticular).
Imposible olvidarse de las pioneras como Lissa Fonssagrives, Dorian Leigh, Jean Shrimpton, Veruschka y un largo etcétera que marcaron los cánones de belleza de sus respectivas épocas desde la dama de alta sociedad con uñas y cejas perfectas y talle diminuto a la chica mod, delgada y de ojos grandes o la señora multibronceada que disfruta en su yate vestida con un caftán . Todos ellos prototipos de belleza que se han ido superponiendo unos sobre otros, cambiando, añadiendo o quitando hasta llegar a nuestros días. Mucho se habló, y se habla, de movimientos o estéticas perjudiciales para la salud, como el heroin chic, pero es un tema que me aburre, ya está dicho todo y no es un periodo que me encante.
Volviendo a mis modelos a mediados de los 00, volvió a surgir una nueva tanda de modelos bastante interesante: Daria Werbowy, la anteriormente citada Sasha, Jessica Stam, Coco Rocha (no es guapa, guapa, pero tiene algo) Liya Kebede (que es un poco anterior pero guapísima), me encanta Chanel Imán, tiene cara de monito, pero tiene pinta de ser tan maja que la incluyo, Raquel Zimmermann, que es monísima y encima le sienta bien el camel, sólo hay que verla en el anuncio de Love de Chloé, Missy Rayder (menos conocida que su hermana pero más guapa) y así una no muy larga lista. Sin embargo destaca entre ella Hilary Rhoda, la amo, y me parece una pena que está malgastándose en anunciar Estée Lauder, vuelve a las pasarelas reina! La pena es que tiene ese aire de chica sana y deportista de colegio católico, que odio con todas mis fuerzas, vamos que no tiene rollo, cosa que no entiendo con la cara de zorrón que tiene.
En el apartado de actrizes la selección es más amplia.
La primera belleza que recuerdo del celuloide es Elizabeth Taylor, y ha continuado conmigo hasta ahora, ninguna le puede hacer sombre, dista de ser perfecta en detalle, pero en conjunto gana a cualquiera. En los 60 no se podía estar más guapa.

A partir de ahí aparecieron otras muchas Gene Tierney ( que siempre me recordó a Kelly Kapowski, pero en mejor), Catherine Zeta Jones, Sherilyn Fenn (diosa, pena que no se haya sabido conservar), Greta Garbo, Rita Hayworth y otras tantas.
Aunque mi arquetipo de belleza está bastante claro, me gusta hacer honrosas excepciones, porque no importa lo guapa que sea si no me llama, no me llama y a lo mejor es rubia y de piel tostada pero si tiene ese flair necesario, entra en el grupo.
No puedo terminar sin llamar la atención sobre la particular belleza que en este post se repasa. Fijándome en estas imágenes me he dado cuenta que todas están llenas de misterio, frialdad, sexualidad unas veces latente y otras explícita, algo de maldad o perversidad, siempre hay algo que no se muestra, lo que hace esta belleza mucho más fascinante, son bellezas fuertes, obvias, que se exaltan con smokey negro y rojo en los labios. Bellezas que hablan de lujo, de áticos, de vidas disipadas, de diamantes, de Guerlain, de divorcios, de fortunas y quiebras. Lejos quedan bellezas exóticas o diferentes (Bimba, Agyness, incluso Kate) o bellezas elegantes y relajadas (Audrey Hepburn). Para mí la belleza en mayúsculas tiene que ser excesiva, pero sin caer en lo ordinario.
Por eso, creo en el aspecto de verdad absoluta de la belleza. Nadie puede negar la belleza de estas mujeres, otra cosa es que prefieras otros tipos de belleza, pues ésta es como una paleta de sombras de Sephora, desde el nude hasta el guinda, en la que tu eliges tus colores favoritos. Éstos son los míos.