domingo, 27 de febrero de 2011

MILÁN F/W 2011-2012

Me encanta la pasarela milanesa, es tan obvia y poco práctica... empecemos por los que ha hecho Frida para Gucci.
No me importa que digan que ha prostituído Gucci, adoro lo que hace: es sexy, vendible y la caída de los vestidos es la bomba, siempre marca tendencia. El problema es quién se lo ponga después, pero eso no es de su incumbencia, ella tiene que vender.





















En esta ocasión se ha inspirado en Anjelica Huston fotografiada por Bob Richardson (padre de Terry y su novio por aquel entonces) y en la modelo Florence Welch. Para ello ha recurrido, como otros tantos diseñadores, a las siluetas de los cuarenta y los setenta. Trajes sastre con pantalones en tweed de gran caída, fedoras con plumas, muchísima piel (Peta debe estar fina) y vestidos en gasas transparente rematados por boleros de rizados pétalos de gasa. 
Un colección de gran colorido, que recupera cierta sofisticación perdida y difícilmente recuperable. Las mezclas de pieles de colores puros con pitón grabado y paños en celestes y morados es espectacular. Los vestidos de fiesta, donde no se insinúa si no que se enseña son de morir por la copla. Seda, terciopelo, ante aparecen en siluetas estrictas que se contraponen a la fluidez de vestidos o pantalones, una constante que hemos visto en muchos desfiles esta temporada, que también anuncia el reinado de la bota de caña alta.
Por su parte Miuccia en esta ocasión no me ha sorprendido tanto como otras veces, no sé, me gusta pero le ha faltado chispa. Algunos vestidos y abrigos podrían ser de la colección de Victoria Beckham (que me encanta pero no se puede comparar con la firma Prada).



















En la colección de Prada encontramos reminiscencias entre azafatas y pilotos de vuelo de finales de los sesenta y las lentejuelazas de plástico recuerdan vagamente a los vestidos malla de Paco Rabanne, al igual que las faldas de vinilo de Mar Jacobs. Encontramos vestdos-abrigos de paño con vuelo (algo que se ha visto en otras colecciones como Versace o Gucci) y grandes botones.
Miuccia quería trabajar con elementos tradicionalmente femeninos y darles un giro inocente, usando los sesenta y las formas de los veinte para ello, dotarles de cierta fragilidad.



















Patchwork de estampados donde priman los cuadros que se mezclan con las pieles. Grandes solapas en chaquetas y abrigos (en ocasiones de silueta cocoon), grandes cinturones que caen a la cadera, cuello tipo polo,grandes botones y , de nuevo, mucha pitón. 
Algunos ven una flapper otros una go-gó, mujeres fuertes revestidas por aire de inocencia en este caso, que les lleva a lucir unos falsos calcetines a lo Claudine en el fantástico trompe l'oeil que ha creado Miuccia: la bota-calza-maryjane.


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