lunes, 30 de mayo de 2011

SULLA TUA BOCCA LO DIRÒ

El sábado 28 asistí a la última fecha en Madrid, de momento, de la gira Madame Noir de Mónica Naranjo. Ha tratado de salirse del concierto habitual y como ella misma se denomina como una artista rarita (wtf) realizar algo diferente a los que estamos acostumbrados a ver en el escenario. El resultado: básicamente un concierto con entremeses de tinte cómico entre algunas canciones.


 Todo el espectáculo gira en torno a las bambalinas de una producción cinematográfica de la época dorada de Hollywood. Veterana diva rodando con un directo novel.  A lo largo del mismo Mónica, transformada en Madame Noir, caricaturizará a la diva caprichosa, insolente, insegura y en último término sola. Porque de éso se trata al final, como bien nos recuerda ella misma tras un ovación de cinco minutos después de un sobrecogedor Nessun Dorma: "Las divas, las de verdad, se encuentran con ese castigo: la soledad".

Mónica hace un repaso a su carrera discográfica, con canciones de este y aquel álbum, a las que se suman dos temas de Mina, un anglosajón cry me a river, la bossa Qué insensatez  y como postre Nessun Dorma.


Si en el guión lo que más brilla es la comicidad de Mónica con el reparto y en las propias canciones y su cercanía con el público, en todo momento ; lo que realmente destaca en el espectáculo es la voz. Te puede gustar más o menos el estilo, el color o la manera de interpretar, es cierto que a clases de vocalización no fue o no se acuerda pero la facilidad con la que proyecta y usa ese instrumento es innegable. Como apunte, el uso del micrófono es totalmente innecesario.



Hasta ahora han sido todo elogios, porque los merece, pero , evidentemente, hay fallos. Pocos. No era el montaje pobre ni los chistes trillados y esperados ni el repertorio pastiche. Era Mónica, sí, es duro de decir, pero no me la creo y ese es el problema que, realmente, no es una diva, como ella misma afirma en cada entrevista que da. Quiero decir que no es una diva a la vieja usanza, comparada con lo de ahora, es Dios. Lo notas en pequeños detalles, sobre todo cuando se tiene mucho rodaje con divas, como es el caso. Las manos, no sabe qué hacer con ellas, unas veces pendulan, otras veces se agarran al vestido innecesariamente, otras se alzan buscando la pose final pero nunca convencen. La lectura de los textos y su interpretación, no está al nivel de voz, no sólo que muchas veces no entiendes lo que dice si no que en otros, no termina de tocar la tecla emocional. Por otro lado y a modo de apreciación muy, muy personal, me parece que la voz de Mónica se luce más con una orquesta que con un piano, tiene la voz demasiado metálica para sólo ese instrumento.



Son pequeños detalles que sólo se ven si se es muy crítico. Subiendo por Gran vía escuchaba otras críticas y de otros detalles de los que no me había percatado y con los que no estoy especialmente deacuerdo. Cosas del tipo: "Con el teatro en pie y tanta ovación, tendría que haber cantado un bis, desde luego no es una Rocío Jurado. Raphael no dejaba de cantar hasta que la gente ya no aplaudía más", comentario que me parece de señora amargada y totalmente innecesario. Claro que no es la Jurado, Rocío sí era una diva, y pagó el precio de que toda su vida fuera su trabajo 24/7, mientras que Mónica es una mujer que enciendo el modo diva cuando se sube al escenario, el personaje no la ha poseído, cosa que es mucho más sana pero en el escenario hace que pierdas; en cuanto a lo de Raphael pues bueno hay que fijarse que este no es un concierto al uso que tiene un principio, un nudo y un desenlace y que no hay cabida para bises puesto que no tendría sentido, al fin y al cabo no es una gramola. Que podría haber cantado alguna más? Sí.


Según me cuentan la pena fue que la noche anterior, la organización o los técnicos del espectáculo no estuvieron a la altura y algunos espectadores se fueron con un sabor amargo, una pena.
En conclusión un espectáculo que recomiendo encarecidamente y que no defraudará, espero, que ha nadie.

1 comentario:

  1. Qué gran razón, como bien dices, no es una Diva aunque no pare de proclamarse a sí misma como tal.
    Le falta esa chispa, esa espontaneidad, esa altivez natural y no impostada como la suya. Yo tampoco me la creo, veo más diva a Rosa que a ella.
    El post, como de costumbre, brillante.
    Chusi, hay que repetir la del finde pasado!! :)

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